Tras años de restauración, se han enseñado al público tres casas casi intactas de la deflagración del Vesubio en 79 después de Cristo. Una de las casas es espectacular pues perteneció a Marcus Lucretius Fronto, uno de los patricios de la ciudad, un ricachón importante de una de las grandes familias del lugar y hombre que tuvo una brillante carrera política. La casa, sin embargo, no es espectacular pues está considerada modesta en su espacio, unos 500 metros cuadrados, pero está decorada con materiales de extrema calidad y gusto, tanto que fueron envidia incluso de algunas familias de la misma Roma.
Hay frescos que aún hoy son espectaculares: representaciones del triunfo de Baco y Arianna, los amores de Marte y Venus, tema recurrente en las pinturas romanas, medallones que representan a jóvenes que los arqueólogos suponen los hijos de Fronto, luego, unos cuadros pequeños que colgaban de candelabros donde se exponían paisajes de la bahía, grandes villas… en fin, el lujo romano pero conservado y restaurado como sólo los italianos saben hacer con el patrimonio clásico.
Las otras dos casas son las de Trittólemo y la de Rómulo y Remo, llamada así porque se hallaba en ella un fresco de la Loba amamantando a los héroes fundacionales que destruyeron los bombardeos aliados en el año 43. Lo más destacado de la restauración de esta casa o domus son las escaleras de mármol de la entrada y las cinco víctimas que se encontraron en una habitación cuando la erupción del Vesubio: una de ellas apretando una bolsa con monedas de plata y oro y con anillos en la mano izquierda que portaba la insignia de los Flavia, una de las grandes familias patricias romanas que era la encargada de suministrar los sacerdotes que se encargaban de conmemorar las fiestas de la fundación de la ciudad.
La más espectacular es, sin embargo, la de Trittólemo, compuesta por dos peristilos y dos atrios, lo que da idea de las proporciones de la misma. La casa debió ser una de las más importantes de la ciudad pues tiene espacio para vivienda y otro para la representatividad pública. El nombre de Trittólemo viene de un fresco que se conserva con la representación del héroe griego que enseñó a los hombres las artes de la agricultura.
Esta apertura es todo un reto a los sin sabores que han marcado este sitio arqueológico dominado en los últimos tiempos por la Mafia y la desidia. La UNESCO ha amenazado con quitarles las subvenciones que reciben y las autoridades han decidido con urgencia dar un golpe de mano acelerando las restauraciones y exponiendo el resultado de ellas. Tres casas, tres domus espectaculares. Los tesoros de la península italiana, a pesar de los ladrones, los ‘tombaroli’, los saqueadores de tumbas… sigue dando sorpresas.
Por su parte el día 23 de este mes, en Roma, en el Vittoriano, se ha inaugurado la exposición, cuyo título lo dice todo, ‘Tras las pistas de Calígula. Historias de grandes recuperaciones de la Guardia de Finanzas en el Lago de Nemi’, donde se expone la estatua colosal de Calícula, salvada de ser robada, aunque no troceada, en Fiumicino, en 2011, cuyo valor hubiera superado el millón de dólares en el mercado de Oriente Medio, japonés o chino.
La estatua de Cayo Julio César Germánico, antecesor de Claudio, más conocido por el apodo de “Sandalita” o Calígula, es la primera del Emperador que se conserva sentado en un trono y aparentando ser Júpiter, lo que confirma el texto de Suetonio. En el pie izquierdo calza la caliga, el zapato de las legiones, de ahí su sobrenombre, y es por ese detalle por lo que se supone que se trata del Emperador ya que la estatua no tiene cabeza, aunque las autoridades no desesperan de encontrarla finalmente.
Junto a la estatua, que no justifica una exposición, por muy importante que sea, se muestran restos arqueológicos relacionados con el Emperador porque pertenecen a su palacio que se encontraba en Nemi, junto al lago. La exposición contiene diversos instrumentos utilizados por los ‘tombaroli’ para que el público tome conciencia de una sangría un tanto desconocida: entre 2012 y 2013 se han robado en Italia 140.000 obras de arte y sólo se han denunciado 294.
Italia saca pecho ante su expolio. Eso a la espera de hacer algo más.